8/04/2009

Más hermano que nunca


Tras la llamada telefónica que no me creía y les repetía que me juraran que era verdad y los “rechinches” de mi madre de cómo iba a entrar en Gran Hermano si ya tenía todo pagado en Madrid, las motivaciones de Tania que ella me defendería en plató y los múltiples comentarios como si mi contrato en el programa ya estuviese firmado… Me dispuse a comenzar el casting presencial (lo de presencial suena muy bonito).

Las cuatro de la tarde y las sesenta personas allí reunidas en la segunda sesión veíamos como tres elegidas en el turno anterior terminaban el psicotécnico en el salón de actos donde debíamos rellenar un cuestionario con un código y firmar unos derechos de imagen. Hasta ahí todo bien pues todo el mundo estaba deseoso de pasar a la acción. Tras eso la planta diez del hotel nos esperaba… Una simple y humilde psicóloga venezolana mandaba a la “Base de Datos” a todos aquellos que creía no aptos para pasar a la siguiente y última fase. Las preguntas al más estilo: “¿por qué quieres entrar en la casa?”, “¿cuál es la mayor locura que has hecho en tu vida?”, “¿conoces a alguien más que se haya presentado al casting?” Estas eran las más sonadas mientras leía como si nada la redacción que nos habían mandado a hacer y las fotos a imprimir. A mi terminó por decirme: “No sabemos lo que hacer contigo pero… te vamos a mandar a la Base de Datos y ya te llamaremos”… Qué bonito, una de dos: nos lo diría para no causarnos un gran trauma o para ser políticamente correcta (Que a la larga viene siendo lo mismo). Tras eso vendría una prueba de cámara y el psicotécnico… Que de noventa personas presentadas hasta mi turno sólo consiguieron pasar cuatro.
Sin duda alguna, fue una tarde diferente y que no me arrepiento de haber vivido. Como en todo casting había gente de lo más singular: peluqueras que se permitían el lujo de ir vestidas como de andar por casa, chicas con el pelo de múltiples colores, la típica hija que va acompañada con la madre y la madre es la “jovenzuela” del barrio y se atreve con expresiones como: “si yo ya ligo fuera de la casa, dentro de la casa ¡vamos! Los tendría a todos cachondos” (Pésima)… Rostros que iban en busca de la fama y otros que ya eran conocidos por su paso en otros programas de televisión como Adriel (ex componente de United en la primera edición de Factor X) y una chica de cuyo nombre no consigo acordarme y que formó parte del grupo de musas del “super”programa de Carlos Baute… En fin, me quedo con las chicharreras y el chicharrero que conocí en la cola.
¿Repetiría? Por qué no… En un futuro formaré parte del equipo interno.

Ahora me centraré en mi próxima producción: “21 días viviendo como un coyo” o “21 días analizando las clases sociales” (lo que prefieran) y recuerden que “el respeto es la base y los pilares fundamentales de amistad” (cita célebre)

1 comentario:

Jou dijo...

buena experiencia Adolfo!!!